Entre las series de animación japonesa estrenadas el 2013, esta es de la que más se habla: Shingeki no Kyojin: Attack on Titan (Los Gigantes que Avanzan: Ataque sobre el Titán), historia que combina personajes muy vulnerables en un ambiente que pondría en peligro al más fiero soldado.
En un mundo rural, seres gigantes aparecen para matar a los seres humanos. Son los titanes, que miden entre 4 y 15 metros, tienen forma humanoide y comen gente. Se desconoce el origen de estos titanes, pero en los casi 100 años desde que llegaron a la Tierra la humanidad prácticamente fue exterminada.
Los pocos sobrevivientes viven dentro de tres muros concéntricos: María, Rose y Sina.Pero de un momento a otro, cuando la población había casi olvidado lo que es vivir con miedo, un titán de 60 metros abre un hueco en el muro exterior.
Aquí empieza la travesía del protagonista, Eren Jaeger, quien decide unirse al ejército para eliminar a los titanes, a los cuales odia, pues son responsable de la muerte de su madre.
Si tenemos que mencionar la principal característica de Shingeki no Kyojin, esta no son los combates ni la violencia sangrienta que muestra. Se trata de los personajes, cuyas imperfecciones quedan a la luz cuando seres que pueden despedazarlos en un abrir y cerrar de ojos los hacen tener miedo, emoción que los paraliza.
Algunos enfrentan el temor y salen victoriosos, otros se dejan sucumbir por él y mueren. Otros, muy valientes, también mueren. Incluso la población no combatiente vive en la inseguridad, pues el Gobierno, al borde de la hambruna, mandó a 250 mil sobrevivientes a una labor de "recuperación" de tierras tomadas por los titanes. Más de la mitad no regresó.
Basado en la historieta de Hajime Isayama, que se publica desde el 2009 en la revista Bessatsu Shonen Magazike (Kodansha), Shingeki no Kyojin es una combinación de historia clásica para jóvenes (superación personal) con la desesperación de una guerra en la que ganar parece ser imposible y donde la muerte es la salida más fácil.
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